En THE YELLOW TICKET, también de 1931, Raoul Walsh se metió de lleno en la Rusia prerrevolucionaria, para contar la desesperada deriva de Marya, una joven judía (Elissa Landi) que intenta viajar a San Petersburgo para dar el último adiós a su moribundo padre. Desgraciadamente, el Zar tenía decretada la prohibición a todos los judíos de moverse por el país, lo que la llevará a un acto del que podría arrepentirse toda la vida. El "carnet amarillo" distinguía a las mujeres que ejercían la prostitución, esencialmente en los cuarteles militares, y por ello obtenían trato de favor, aunque ya no podrían desprenderse de su condición. Por puro azar, Marya se topa con el General (Lionel Barrymore) que firmó su salvoconducto; inmediatamente se encapricha de ella, y sólo logrará huir gracias a la ayuda de un reportero británico (un jovencísimo Laurence Olivier), con el que entabla una amistad que podría desembocar en un gran amor.
Película algo deslavazada en el concepto, y que termina centrada en el drama de su protagonista, zarandeada por las circunstancias de un país que daba sus últimos coletazos como monarquía, y que observaba con recelo el inminente estallido de la Primera Gran Guerra.
Saludos.
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