lunes, 10 de enero de 2022

La capilla en el desierto


 

Y no podíamos rematar este mini homenaje a Sidney Poitier de otra forma que no fuese mencionando la película por la que ganó el oscar. Es curioso, porque hoy día LILIES OF THE FIELD no es un título especialmente recordado, pero allá por 1963 marcó un antes y un después en la historia del certamen, porque no sería hasta casi cuarenta años después, que otro actor de raza negra lo ganaba como actor principal. El film ha resistido sorprendentemente bien el paso del tiempo, gracias a su mezcla de comedia desenfadada y argumento marciano, porque es un delirio imaginar cómo un tipo que se dirige a ninguna parte en su coche pueda acabar construyéndole una capilla a unas monjas de Centroeuropa en mitad del desierto de Arizona. Dirigía el siempre irregular Ralph Nelson, un director con buen ojo para rentabilizar presupuestos exiguos, y que aquí acierta de pleno con una historia que perfectamente podrían haber rodado los Coen, y que puede estar pidiendo que alguien se decida a hacerle una puesta al día. Poitier está espléndido, sea enseñando inglés a estas monjitas a golpe de gospel, o poniendo ladrillos bajo un sol de justicia, y su personaje encarna al prototipo de quien puede encajar en cualquier sitio, precisamente por no encajar en ninguno. Una película tremendamente entretenida, con algunos momentos de sonora carcajada, y que nunca pretende salir de una modestia que, sin embargo, le granjeó numerosos premios, desde los oscar a los Bafta, e incluso Berlín.
A descubrir sin reticencias.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

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