viernes, 28 de enero de 2022

El cinéfilo ilustrado #2


 

Sin ninguna duda, habría que considerar TARGETS, de 1968, como la verdadera primera película de Peter Bogdanovich. El dato no es baladí, en tanto que, pese a su bajísimo presupuesto, se atisban algunas de las obsesiones cinéfilas más recurrentes de su autor. Estructurada en dos narraciones paralelas, la primera nos remite a Byron Orlock (Boris Karloff, en la que sería su última actuación), una antigua estrella del cine de terror, que está deseando jubilarse y vivir sin ataduras contractuales. Mientras, vemos el plácido día a día de un joven, que aparentemente tiene una vida normal y feliz junto a su esposa, pero que sólo tiene una obsesión: las armas de fuego. Durante  casi todo el metraje, Bogdanovich invoca a ese fantasma pretérito, con las facciones de un espléndido Karloff, que se resiste a seguir siendo utilizado por "jóvenes directores sin talento", en un ejercicio de metacine, quizá algo rudimentario, pero que denota a un autor genuino. Mientras, la amenaza del asesino en serie en potencia, va desplegándose con morosidad, poniendo énfasis en esa cotidianidad falsamente idílica, y desembocando en una parte final que explicita el homenaje a otro grande, Hitchcock. En el espacio de un autocine, el loco dispara indiscriminadamente, mientras vemos a Karloff en la pantalla, interpretando a uno de sus monstruos. Finalmente, ya sabemos quién es el monstruo real, por si se nos había olvidado...
De haber dispuesto de mayores medios, a día de hoy sería un título de súper culto.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!