RENT-A-PAL es una película sumamente curiosa, que pasó totalmente desapercibida en un año tan convulso como fue 2020, pero en la que merece la pena detenerse para advertir algunos aspectos que vienen siendo habituales en el cine reciente. Lo primero que llama la atención es el preciso abordaje de una época (los años 90), que no suelen ser tan reivindicados como por ejemplo las dos décadas inmediatamente anteriores. David es el típico solterón, que vive cuidando a su madre, que padece demencia, y que regularmente visita una especie de videoclub, aunque no con las intenciones que podríamos presumir, sino para adquirir un curioso servicio, en el que mujeres en su misma situación se graban presentándose para una potencial cita. Sin embargo, David jamás obtiene respuesta alguna; y es entonces cuando se topa con una cinta que no había visto antes, y que al reproducir le muestra algo totalmente diferente: un tipo, simpático y dicharachero, llamado Andy, y que tan sólo quiere ser "tu" amigo. El film mantiene el interés con sus formas austeras, y va creando un clima de suma extrañeza, que oscila entre el suspense de no saber a qué estamos asistiendo, mientras David va cayendo en una espiral obsesiva, prácticamente abducido por el absorbente personaje que literalmente parece poder mantener una conversación real desde la pantalla. Ahí radica el mayor valor del film, en la correspondencia que un espectador actual, habituado a las redes sociales, puede rastrear en esa especie de proto Tinder, sólo para comprobar lo solos que suelen estar sus usuarios. La lástima es que el desenlace es mucho más convencional de lo que en un principio promete, lo que resta valor a una producción, sin embargo, menos descuidada que las habituales en plataformas.
Recomendable como curiosidad de las que de tanto en tanto gusta descubrir.
Saludos.
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