En Sitges se pudo ver también, por ejemplo, CLIFF WALKERS, último trabajo de ese precursor de tantas y tantas cosas que ya es, por derecho propio, Zhang Yimou. Una película impecablemente realizada, pero algo confusa en su desarrollo, sobre todo por la inclusión de decenas de personajes que finalmente parecen más accesorios que fundamentales, y parecen poco menos que comparsas de un todo mayor, y mejor. La fotografía es deslumbrante, el diseño de producción apabullante, y Yimou maneja los tiempos de la épica con la misma soltura que las escenas íntimas, creando momentos gran belleza y un suspense deudor de los grandes maestros ¿Qué falla entonces, para que no pasemos de indicar que "sólo" es una buena película? En mi opinión, una trama en exceso densa, y que curiosamente disipa la atención del espectador al derivarse en demasiadas subtramas. El film es, al mismo tiempo, una historia de espías a la vieja usanza, que en realidad encubre una desgarradora crítica a la barbarie cometida por la ocupación japonesa, más concretamente en la región de Manchukuo, y en una década, los 30, en la que se gestaba lentamente el ideal de superimperio japonés. Ahora bien, se atraganta ver a un director con tantas tablas como Zhang Yimou, conformándose con una más que sectaria visión social, la de los "intrépidos" agentes comunistas...
Saludos.
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