lunes, 15 de noviembre de 2021

El medio que justifica el fin


 

También la animación ha tenido este año cabida en Sitges, aunque hablar sólo de animación en el caso de Mamoru Hosoda sería quedarnos muy cortos, y muy especialmente en el fastuoso espectáculo visual desplegado en BELLE, su último film. Normalmente hablamos de cómo una idea puede ser lo suficientemente buena como para que pasemos por alto decisiones más o menos discutibles; aquí nos encontramos con todo lo contrario, porque tras dos horas alucinantes, prácticamente te da igual que te hayan contado una chorradita. Y tampoco seríamos justos. Hosoda no es tan evocador como Miyazaki, ni tan avasallador como Otomo, pero su estilo narrativo implica un gusto reconocible por prestar atención a los dilemas de sus personajes, que siempre parecen buscar un alineamiento con el espectador. Aquí, el tema de las redes sociales, y la trampa emocional que suponen, es el eje principal mediante el que desplegar un detonante visual simplemente impresionante. Por un lado, se nos habla de "U", el gran fenómeno mediante el que uno puede convertirse en un avatar idealizado, para llevar a cabo sus mayores fantasías, y en el que brilla con luz propia Belle, una hipnótica cantante, capaz de congregar a millones de seguidores, que se preguntan quien está realmente tras esa apariencia esquiva y angelical. Por el otro, seguimos a Suzu, una tímida estudiante, incapaz de salir de su anodina vida, excepto cuando ingresa a "U". Puede parecer que la fantasía fagocite por entero el argumento, pero Hosoda enfatiza el guion, introduciendo multitud de elementos novedosos, como la misteriosa bestia que encarna al no sometimiento a unas leyes virtuales que a todos nos suenan, y que desmitifican el concepto de "mundo ideal". En esa dualidad entre el mundo que nos gustaría que fuera, y el que realmente es, se va hilvanando un hermoso relato de compasión, lealtad y firmeza ante las injusticias. Una historia con más chicha de la que podríamos suponer, pero que además se ve acompañada de algunas de las imágenes animadas más demencialmente perfectas de los últimos tiempos. Con cosas así, parece complicado atisbar dónde puede estar el límite de unos señores que ponen a prueba nuestra misma percepción sensorial.
Saludos.

No hay comentarios:

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!