Como todos los años, Sitges ha ofrecido su ración de rarezas, asunto éste celebrado por los incondicionales, pero de difícil ubicación cuando se trata de competir junto a títulos más canónicos. CRYPTOZOO invoca un tipo de animación que no es ni futura ni retro, un detallaje artesanal para una historia que nos habla de los críptidos, animales fantásticos que encarnan una especie de ideal arcáico y perdido en la memoria de los humanos, aunque en realidad se encuentran en su mayoría cautivos tras una gigantesca valla, y encerrados para el deleite de las élites. Podría haber salido una estupenda película de esta premisa, pero todo el metraje parece conscientemente conforme con hacer rechinar las imágenes, con una animación, insisto, imperfecta, incómoda, y que no ayuda a conciliar lo que vemos con lo que se nos cuenta. Un film del que cabe esperar que sus creadores, curtidos en los videoclips experimentales, puedan cohesionar en un futuro sus inquietudes formales con mayor enjundia narrativa.
Advertencia: no la vean si han tomado según qué cosas...
Saludos.
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