No es ni muchísimo menos casual encontrar en los créditos de THE MEDIUM a Na Hong-jin, responsable, entre otras cosas, de aquella absoluta maravilla que es GOKSUNG, y con la que ésta comparte la intención, nada desdeñable, de seguir poniendo al día una forma más dislocada y serpenteante de entender el terror en este nuevo milenio. El director coreano escribe el guion junto al director tailandés Banjong Pisanthanakun, con una carrera que se remonta a 2004, y que por momentos recuerda en su pulso a la obra maestra antes referida. Hasta ahí. Porque hay algunas cuestiones que bajan sensiblemente el nivel de este relato de posesiones y exorcismos en la Tailandia rural. Lo primero es capital, y es el horripilante uso de la cámara en mano, ya que la excusa es que "asistimos" a un documental filmado en tiempo real. No sólo no se consigue el efecto deseado, sino que me parece inexcusable que deban ser los propios actores quienes se dirijan a los documentalistas, sin que éstos se integren como tales, y parezcan tan sólo un mal operador. El otro asunto es la duración, 130 minutos que se hacen eternos, y que no sirven para introducir radicales cambios de tono, como sí ocurría en GOKSUNG, que es aún más larga, pero se pasa en un suspiro. Por salvar algo, salvaría la excelente fotografía, a cargo de dos señores tailandeses cuyo nombre me ahorro, y alguna secuencia más o menos impactante, aunque no son muchas. En definitiva, una oportunidad perdida, o la constatación de que repetir fórmulas no siempre sirve como refinado de la misma, sino como incapacidad para avanzar.
Saludos.
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