Dos hombres están en un sitio indeterminado, buscando a la mujer que ambos han amado. Tienen vagas pistas, pero siempre creen estar al borde de la solución a su extraña desaparición. Uno de ellos pretende la exclusiva, y usa al otro para afirmar sus teorías, todas equivocadas; el otro no le dirá jamás que ella estaba fascinada con la desaparición de una maestra de escuela, tra quedar embarazada, varias décadas antes, a cuya historia accedió mediante unos libros que habían albergado ese secreto durante tanto tiempo. TRENQUE LAUQUEN es el nuevo laberinto narrativo de El Pampero, la productora que nos ha hecho llegar las obras de Mariano Llinás, y que ahora da voz a Laura Citarella, autora asimismo del guion junto a la actriz Laura Paredes. Menos caótica que compartimentada, la película se divide sin ambages en dos partes claramente sajadas, como dos capítulos de un mismo relato, que bien puede ser el contado al principio o el que lo cierra sin dejar de impregnarse del enigma, que es la clave para internarse a lo largo de su más de cuatro horas, en las que de nuevo es imprescindible dejarse embriagar por el gusto del cuento, "lo contado", que prevalece sobre una realidad cotidiana inamovible, pero también ávida de esas fantasías mutables, juguetonas, esquivas, con la promesa de una vida mejor, posiblemente mejor.
Inferior a los títulos de Llinás, contiene momentos de gran belleza formal, y su narrativa se nutre en todo momento de la colisión entre lo fantástico, lo imaginado, lo deseado y lo irrealizable.
Saludos.
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