¿Se puede bordear el género? ¿Abrazarlo como último recurso para encontrar calidad en lo comercial? Son preguntas pertinentes en estos últimos tiempos tan convulsos, donde el mainstream revive gracias a los recursos provenientes de las plataformas televisivas, mientras se perciben interesantes esquirlas de lo autoral en cineastas cuyo talento está asimismo supeditado o tampoco da más de sí. Hoy día hay cientos de ejemplos de esto, y creo que IMMACULATE lo representa con claridad meridiana. Es una producción americana, pero se quiere presentar como netamente europea, hurgando en las claves del giallo pero sin terminar de someterse a sus reconocibles paradigmas. Los misterios encerrados tras los muros de un siniestro convento italiano deberían haber dado bastante más de sí, bien por lo interesante de su excusa argumental (unos crímenes que podrían ocultar un espantoso secreto), o por su crudo tratamiento de un gore bien entendido y dosificado, que estalla en su impactante parte final. A Michael Mohan lo conocimos con THE VOYEURS, donde ya se vio un potencial incomprensiblemente desaprovechado, y ya allí despuntaba una desconocida Sydney Sweeney, hoy nombre imprescindible, que no me parece una gran actriz, pero sí una presencia más que interesante para este tipo de films que demandan más vigor que sutileza.
No es ninguna maravilla, pero es lo suficientemente entretenida para no desecharla por completo.
Saludos.
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