En Sitges también hubo animación, y una de las propuestas más exóticas fue FOUR SOULS OF COYOTE, de la que me reservo el título original por ser el húngaro un idioma tal que sí. No debería ser un problema, pero estamos ante un film húngaro que basa su argumento en una leyenda nativa-americana, por lo que hay que hilar fino. Lo mejor, un aspecto técnico bien cuidado, que mezcla 2D y 3D, y que ilustra convincentemente esta epopeya ecologista, bienintencionada, pero irremisiblemente rutinaria, sobre todo a la hora de hacer avanzar un guion que hemos visto cientos de veces. En este caso, la excusa proviene de una multinacional sin escrúpulos, dispuesta a destruir una montaña milenaria, a través de cuya historia original conoceremos la difícil armonía entre la naturaleza y los hombres, siempre mirados con recelo por los animales desde que el pérfido Coyote decidió modelarlos. Curiosamente, es menos adulta de lo que aparenta, y más discursiva que dinámica, por lo que sus casi dos horas pueden resultar poco gratificantes, y sólo la recomendaría a completistas muy curiosos.
Saludos.
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