miércoles, 14 de diciembre de 2022

Raoul Walsh. Escribir la Historia #15


 

El caso de HELLO, SISTER! es, contra lo que podría parecer, uno de los más rocambolescos y extraños de la historia del cine, y en el que Raoul Walsh actuó más como apagafuegos (aunque uno muy bueno), precisamente en un film que se cerraba con un espectacular incendio. Lo primero que llama la atención es que haya nada menos que cuatro directores acreditados para una película que apenas supera la hora de duración, aunque lo entendemos mejor atendiendo a que fue el último trabajo como realizador del gran Erich von Stroheim, despedido (como no podía ser de otra manera) a las pocas semanas de comenzar el rodaje. Las malas lenguas dicen que fue un jaque mate de Irving Thalberg, justo cuando se erigió como jefazo de la Fox, pero no es de extrañar si seguimos la revolucionaria cronología del arranque de este "frankenstiniano" film, donde seguimos a dos hombres y dos mujeres que se acaban de conocer mientras pasean por un bullicioso Broadway (la obra original, de Dawn Powell, se titulaba WALKING DOWN BROADWAY), en el que Stroheim ya mete su diabólica visión, primero trocando las posibles parejas con los que menos pegarían; después, haciendo que la actriz ZaSu Pitts se caiga a una zanja llena de aguas fecales (indaguen los curiosos); y más tarde, tras un meloso idilio entre James Dunn y Boots Mallory, firmando su despido al filmar un violento conato de violación  a esta última, y la aún más violenta reacción de su amiga (interpretada por Minna Gombell), tirando por las escaleras a tan execrable personaje. Demasiado incluso para un Hollywood pre-code, por lo que la Fox llamó al infalible Walsh para "encauzar" y rematar el asunto, aunque sus otros trabajos paralelos le hicieron imposible una dedicación plena, y los exteriores e interiores fueron encargados a unos asalariados Alan Crosland y Alfred L. Werker. Nadie sabe qué película habría hecho Stroheim, pero tampoco Walsh; ello ha dejado esta cinta en un estatus que va más allá del culto, ingresando en el aún más reducido círculo de "imposibles", adjetivo que el realizador de AVARICIA desayunaba tranquilamente cada mañana...
Búsquenla. Probablemente tengan que verla dos veces para encajar las piezas...
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!