El caso de SEE HOW THEY RUN es signo de estos tiempos, en los que el cine se aferra a la tabla de salvación (en términos económicos) de las plataformas, mientras descuida lo que habría de suponer su diferencia fundamental. Es ésta una película pretendidamente ingeniosa, con un aparataje formal puntilloso, un poco a lo Wes Anderson; mientras, el entramado de personajes, la forma en que se dirigen unos a otros, nos remitiría al "dislocamiento social" de la Ealing. Pero hay un problema ineludible en el guion. En vez de desarrollarse desde dentro, involucrándose con sus personajes en tanto que "humanos con problemas", se cree más ingeniosa de lo que es, proponiendo un juego metanarrativo que no va a ninguna parte, y que no es más que una de esas sorpresas que sólo funcionan momentáneamente, para desaparecer a continuación como por ensalmo. Tiene momentos interesantes, algunas interpretaciones que no están mal, pero me irrita no ser nada, ni muy inteligente, ni muy ingenua, dejándome un sospechoso aroma a manipulación barata. Habrá a quien le haga gracia, pero no es mi caso.
Saludos.
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