THE WONDER es, ya desde su planteamiento como producto, una película fallida, extrañamente desubicada. Choca ver al argentino Sebastián Lelio, cineasta de humor triste, de personajes multipolares, adentrarse en la sombría novela de Emma Donoghue, donde importa menos el motivo principal que el detallado e inmisericorde de una Irlanda rural, fanática y miserable, que poco tiene que ver con este anonadado retablo de arquetipos en falsete. No la salva ni una estática Florence Pugh, ni las nimias apariciones de Tom Burke, Niamh Algar, Ciarán Hinds o Toby Jones, de participación poco menos que anecdótica. Lo que se nos cuenta es el misterioso suceso de una niña de apenas once años, que desde hace cuatro meses ha dejado aparentemente de comer, pero se mantiene en perfectas condiciones físicas. La necesidad de demostrar que tal hecho es algún tipo de milagro divino, la cerrada comunidad decide contratar a una enfermera y una monja, para que ambas observen y corroboren la santidad de la niña. Sin embargo, la enfermera se niega a admitir lo que considera absurdo, e iniciará una investigación paralela, tan sólo para descubrir que la realidad siempre es más terrible e insoportable que los mitos. El film está correctamente facturado, tan correctamente que sufre de cierto encorsetamiento, tornando una historia fascinante en un aburrido suceder de postales intencionadas.
No es un absoluto desastre, pero tampoco ninguna "maravilla".
Ah, y es de Netflix.
Saludos.
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