lunes, 15 de julio de 2024

Sumarísimo


 

Es imprescindible no desmarcarse de la importancia de la trascendencia despertada por la figura de Pierre Goldman durante los años en los que se convirtió en contradictorio adalid/mártir de cierto sector de la izquierda francesa. El desconocimiento en nuestro país de esta figura también juega en contra de un film tan aferrado a sus códigos internos como LE PROCÈS GOLDMAN, centrado en el tumultuoso juicio a un personaje excesivo y contradictorio, que nunca pretendió ser ejemplo de nada (fue un famoso atracador de bancos), pero defendió obstinadamente su absoluta inocencia cuando fue acusado de asesinar a dos mujeres en el asalto a una farmacia. Es, en esencia, una típica película de juicios, sostenida por la intensa interpretación de Arieh Worthalter, y que acierta al identificar sutilmente los intereses ocultos de sectores afines a la extrema derecha para literalmente crear un monstruo, enclavarlo en aquella izquierda intelectual, y apuntarse una victoria más política que judicial. Nada ha cambiado, y tristemente seguimos teniendo ejemplos de este tipo cinco décadas después, en una Europa que se arroja a las fauces del fascismo con ingenua insensatez. Goldmanera orgulloso, altivo, impertinente, pero tocaba el nervio que más duele al señalar a los verdaderos culpables del sistema. Murió tres años después de salir de la cárcel, y nunca se supo la identidad de su asesino. Vean esta película no como un reto o una venganza, más bien como un espejo que refleje nuestra triste actualidad.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

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