ZWART WATER (internacionalmente se comercializó como TWO EYES STARING) es una película que recogió cierto aura de culto desde su estreno en 2010, avalada por lo que es su mayor hallazgo, un guion que quiere evitar a toda costa las habituales trampas del cine de fantasmas y casas encantadas, centrándose en la intrahistoria de por qué la niña protagonista tiene "encuentros" con un ser del más allá, o eso creemos. Me parece bien, por lo que tiene de naturalizador, porque aunque estemos ante un film de terror lo importante siempre es encontrar el sentido práctico de lo que se cuenta. Ahora bien, tiene un ritmo apesadumbrado, plomizo, ni siquiera buscando el gótico, simplemente tirando al bostezo. Es decir, que el planteamiento es interesante pero la ejecución me deja tan frío como la posible emotividad que, lástima, el director es incapaz de encontrar por muchos esfuerzos que hace.
No es tan mala como parece, pero tampoco tan buena.
Saludos.
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