Llevaba muchos años, demasiados a lo mejor, queriendo ponerme con MANHUNTER, un film en mi opinión injustamente olvidado, eclipsado incluso por la conmoción que supuso (ojo, sólo cinco años después) EL SILENCIO DE LOS CORDEROS. Es cierto que, mirada con perspectiva, la exposición de la obra de Thomas Harris da la impresión, argumentalmente, de ser un extraño refrito de todo lo que hemos visto después (serie incluida), pero hay que hacer un aparte en el trabajo, en el más amplio sentido de la palabra, de Michael Mann, que efectúa aquí uno de sus films más depurados y anticipatorios. Filmada en 1986, casi todo lo que vemos es puramente "ochentero", sea eso lo que sea, pero la impresión final es la de encontrarnos, varios años antes, con una especie de protodigital, medio del que Mann ha sido defensor y visionario. Aun con todos sus problemas narrativos (inherente a su director), estamos ante un thriller fascinante, emisor de una oscuridad inquietantemente prístina, seguimos al investigador Will Graham (un contenido William Petersen), reclutado para seguir la pista del "Dragón Rojo", para lo que recurre nada menos que a Hannibal Lecter (Brian Cox, marcándole el camino a Mr. Hopkins), en un apasionante duelo de inteligencias superiores. Todo lo que crea Michael Mann, visual o argumentalmente, ha sido usado con posterioridad, y no estoy tan seguro de que mejor. Por todo ello, no es mala idea recuperarla, tanto si se es fan de esta sangrienta saga como si se es profano, y volver a darnos cuenta de lo escurridiza que es la palabra "original".
Saludos.
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