Es comprensible la dificultad de clausurar una historia tan potente como la que nos presentaba la encarnación del anticristo en la figura de un inocente infante. Es por ello que OMEN III: THE FINAL CONFLICT pierde mucho como ese esperado cierre, aun siendo una película de género correcta, incluso medianamente interesante en algunos tramos. Aquí tenemos ya un Damien adulto, convertido en un importante diplomático, de quien esperamos su definitivo asalto al poder, con la obsesión de desterrar el cristianismo del mundo. Tras casi dos horas que transitan entre las previsibles muertes impactantes (características de la saga) y algún monólogo a cargo de Sam Neill, que hace lo que puede para dotar de entidad a su personaje, queda la sensación de haber querido un cierre a lo grande, pero apenas quedándose en un rutinario panfletillo beatífico, incluido un plano final que no desentonaría en alguna televisión local con doblaje sudamericano...
Hay una cuarta parte, infame, que podría aparecer algún domingo de estos, pero me niego a incluirla en lo que creo más correcto dejar en una trilogía, claramente de muy más a muy menos, pero que ha quedado como un todo interesante, y que ha obtenido una merecida revitalización en la estupenda precuela que abría este repaso.
Saludos.
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