miércoles, 11 de mayo de 2022

Verdades a medias


 

En relación, más o menos directa, con la película que comentábamos ayer, se me ocurrió revisar WHAT LIES BENEATH; farragosa incursión de Robert Zemeckis en el género de fantasmas, asesinatos sin resolver y otras componendas, que en realidad (aludiendo a su pomposo título) lo que escondía era un estertor de algo que ya por el 2000 no se llevaba tanto. Su lujoso envoltorio, con Michelle Pfeiffer y Harrison Ford, apenas puede disimular una trama enclenque, desorbitada y muy deslavazada, con continuas disrupciones de tono, que dan la sensación de contener cuatro o cinco historias diferentes, sin que ninguna funcione del todo. Podemos quedarnos con el film sobrenatural, el de suspense, el policíaco, o incluso el costumbrista. Mi preferido, de todas formas, es el de un guion machista en el peor sentido de la palabra (peor que su tramposo mcguffin). Usted vive en una pedazo de casa junto a un lago, sin estrecheces ni agobios, pero está triste porque su hija se ha ido a la universidad, y porque nunca gana al solitario. Entonces descubre que hay fantasmas... o no. Descubre que su vecino podría ser un asesino... o no. Descubre que su mejor amiga se ha comprado un descapotable con la pensión alimenticia de su divorcio (esto lo juro), y a lo mejor le empieza a ver las arrugas al bueno de Ford. En fin, que la cosa se eterniza hasta más de dos horas, para justificar un guion ridículo y engolado, de un cine, este sí, al que Hollywood ya le cuesta mirar con condescendencia. 
Fue, eso sí, un taquillazo tremendo, cómo no. Hay cosas que no entenderemos nunca ni con sesión de ouija mediante...
Más que mala, incomprensible.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!