lunes, 9 de mayo de 2022

Improvisar lo planificado


 

He dicho muchas veces que me encanta el cine de Ti West, un director que sabe imprimir su propio sello, haciendo que cada trabajo suyo ofrezca un marchamo reconocible. Y uno de los motivos por los que me gusta su cine, reconozco que es su capacidad para introducirnos por caminos recorridos multitud de veces, tan sólo para disparar mecanismos que, por mucho que intuyas, siempre acaban por sorprenderte. X tiene todo eso, e incluso más; una realización impecable, de formas que pertenecen a un cineasta que domina su oficio. De nuevo un anticlima extendido, a lo mejor demasiado, y esto le juega en contra; o mejor dicho: West tiene que desplegar todo el arsenal en los últimos veinte minutos, y puede que para los no iniciados sea mucho esperar dicho clímax. Dos pulsiones se cruzan en esta historia, sobre todo la sexual, presentando a un grupo de jóvenes que, sin más, se marchan a un lugar apartado a rodar una película porno. Es 1979, y todavía no existía una industria tan asentada como ahora, por lo que este tipo de rodajes, totalmente aficionados, proliferaron ante la promesa de poder iniciarse en un cine "más serio". Personalmente, me parece muy interesante el largo preámbulo, donde vemos todos esos anhelos condensados en un puñado de diálogos más mordaces de lo que parecen. Luego está el elemento terrorífico, porque ésta es una peli de terror, y que aparece tímidamente, hasta que West decide que se acabó la cháchara y es hora de salpicarlo todo de rojo. 
No creo que sea, ni de lejos, su mejor película, pero sí una más que digna continuación en clave de slasher un poco autoconsciente, y con un insólito poso de amarga melancolía, desafiando constantemente qué es lo que realmente esperaba encontrar aquí el espectador.
Merece la pena.
Saludos.

No hay comentarios:

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!