Las aventuras de Mick Taylor, el asesino garrulo australiano, tuvieron una tardía continuación en 2013 con WOLF CREEK 2, habida cuenta de lo bien que fue su predecesora en taquilla. Sensiblemente inferior, esta secuela tira más por el lado del slasher canónico (sea eso lo que sea), y aumenta el cochambroso sentido del humor de su protagonista, que aquí llega a basar sus fechorías en cierta revisión histórica que todos conocemos. Greg McLean intenta repetir la fórmula del anticlima, aunque menos radicalmente, y sólo cambia el eje narrativo en una ocasión, en un giro aceptablemente sorprendente. Con algunos guiños a su compatriota George Miller, e incluso homenajeando el DUEL de Spielberg, se nota que aquí hubo más medios técnicos, con atropello masivo de canguros incluido. Es, en fin, una película correcta pero rutinaria, y que tiene un último golpe de ingenio, derivando la posibilidad del terror físico hacia una especie de "cuento de las mil y una noches", donde vivir o morir puede depender de una respuesta correcta.
Se puede ver, sin más.
Saludos.
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