lunes, 30 de mayo de 2022

Mulholland Prague


 

Proveniente de la ignota cinematografía eslovaca (a día de hoy con bastante menos prestigio que la checa), la directora Mira Fornay lleva unos años haciéndose un hueco en el circuito de festivales. Lo logró a medias con su lejano debut, y lo confirmó por media Europa con su segundo largo, que sin ser una obra notable, al menos deja ver una voz inquieta y curiosa. La lástima es que el meollo de COOK FUCK KILL llega demasiado tarde en sus deshilachadas dos horas, y la sensación final es que le sobra metraje y le falta decisión, o tomar decisiones cuando éstas imperan. Y el título de la reseña no es casual, porque queda claro que Fornay ha quedado prendada del laberíntico imaginario lynchiano; pero una vez más: una cosa es inspirarse, y otra basar el armazón de tu propio trabajo en otro ya hecho. No sé si la palabra para describir este guion es "tramposo", pero es desesperante ver una película, y que ésta cambie bruscamente, obligándonos a olvidarnos de todo lo visto y dispuestos a entrar en un tono diametralmente distinto. "Supuestamente", estamos siendo testigo de la triste vida de Jaroslav, un inane conductor de ambulancias, que es repudiado por todo el mundo, desde su esposa a su propia madre. Y las comillas vienen por el tono, marcadamente surrealista, que nos deja entrever que a lo mejor todo lo que vemos no es más que el estado mental del protagonista. Y sería así, de no ser que, a falta de media hora, nos espera el giro final, y total: ni el protagonista es el personaje que creíamos, ni su relación con el mundo es tal. En cambio, ese "estado mental alterado", aun siendo lo mejor del film, no lo remonta del todo, y lo que queda es una película "supuestamente inteligente", que por su falta de originalidad genuina no pasa de ser "listilla".
Imagino, de todas formas, que no la va a ver casi nadie, así que me quedo más tranquilo...
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!