domingo, 8 de mayo de 2022

Rincón del freak #506: Cosas que desearías no saber


 
Como por ejemplo, que en 1978 se realizó un telefilm titulado DOCTOR STRANGE, justo en el momento en el que se desató una especie de fiebre por adaptar cualquier cómic de superhéroes, aunque lamentablemente siempre hablásemos de presupuestos muy limitados, que daban como resultado decepciones como ésta. Y es que el mundo del Dr. Extraño es ilimitado en matices y posibilidades, pero exige quedar al servicio de un corolario de posibilidades técnicas igualmente esplendoroso. El asunto aquí es que resulta prácticamente imposible discernir qué diablos estamos viendo, puesto que sus escenas son las de cualquier telefilm al uso, con gente hablando y entrando en habitaciones. Se nos habla de un hechicero supremo que ha de traspasar sus poderes y conocimientos al pobre Stephen Strange, interpretado por un tipo con menos carisma que una lata de berberechos, y que se limita a abrir mucho los ojos, mientras no podemos obviar su pelo rizado y un bigotón de fucker discotequero. Los efectos especiales son patateros, los actores hacen lo que pueden por no estallar en carcajadas, mientras recitan líneas de diálogo terribles, y la música de Paul Chihara nos hace temer que aparezca John Holmes en cualquier momento, dando la razón a quienes temíamos estar ante una de aquellas salpicantes pelis porno de finales de los setenta. Quizá hubiera sido mejor así, o no haber abandonado nunca al gran Benedict Cumberbatch...
Sólo para masoquistas resilientes.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!