miércoles, 4 de mayo de 2022

Pito, pito, gorgorito...


 

Y, bueno, he logrado ver SQUID GAME, esa serie de la que todo el mundo habla, o hablaba, porque ahora, con lo rápidas que van las cosas, la importancia siempre es relativa. En mi caso es un logro, habida cuenta de lo jodido que me resulta enfrascarme en una serie y compaginarla con el tema cinematográfico, lo que suele provocarme más de un remordimiento de conciencia, sobre todo si la serie avanza y se va tornando aburrida. No sé si el concepto "aburrido" es el más ajustado para la que nos ocupa hoy; en todo caso, se me ocurre que es más reiterativa que otra cosa. Y ya que su argumento gira en torno a una serie de juegos "mortales", es notorio observar cómo el mecanismo de dichos juegos termina por copar todo el interés, asfixiando el elemento sorpresa, o relegándolo a los susodichos cliffhangers, sin los que quedaría como una extravagancia asiática de modos irritantemente chillones. Es el principal problema, que cada uno de los nueve episodios comparten una estructura similar, por lo que no es difícil ir estructurando qué es lo próximo que va a pasar; y aunque se reserva algún giro locuelo (a lo GOT), no hay más que echar un vistazo a la sinopsis para saber por dónde va a ir toda la serie. Es entretenida si no se tienen exigencias de altos vuelos, y su diseño de producción es lo suficientemente elaborado como para eludir el peligro de lo cutre. Incluso (sin desvelar nada) tiene un episodio final más serio y melancólico de lo que cabría esperar, lo que también puntúa a su favor. A mí completarla me ha llevado casi dos meses...
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!