Y otro más, porque también hubo una proliferación de directores españoles que, por aquella época (estamos en 2005), ensayaron la posibilidad de adoptar modos y formas americanas, para plasmar su propia visión de lo que el cine de terror podría llegar a ser. Pese a que ya llevaba una década rodando, no fue hasta FRÁGILES que Jaume Balagueró tuvo un mayor reconocimiento fuera de España, por mucho que viniese de hacer DARKNESS, que abría dicho patrón. Se trata de una típica historia de fantasmas, esta vez situada en un sanatorio infantil en la Isla de Wight, al que llega como sustituta una enfermera norteamericana, tras la misteriosa desaparición de su predecesora, y mientras se prepara el cierre definitivo del edificio, por sus precarias condiciones. Allí entabla amistad con una niña que le confiesa un terrible secreto, cuando es visitada por las noches por un terrorífico ser llamado "la niña mecánica", aunque nadie la cree. Así, hay muchas trazas ya de lo que Balagueró sublimaría junto a Paco Plaza en REC, sobre todo en cuestión de efectos visuales, y su habitual gusto por lo retorcido y malsano, que sin embargo adolece de un guion previsible y rutinario, y al que se le nota el descarado e innecesario trabajo de convertir a la inexpresiva Calista Flockhart (aquella efímera aspirante a estrella) en una actriz capaz de llevar ella sola el peso del film. El resultado no es del todo decepcionante, y puede considerarse como uno de esos exóticos caprichos de Filmax, recogiendo una extensa historia de coproducciones, con todo lo controvertido que ello conlleva.
Se puede ver, y luego se olvida.
Saludos.
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