GAIA es una curiosa producción sudafricana, que pretende aunar cierto relato más o menos terrorífico con algún tipo de conciencia ecológica que, al menos a mí, se me escapó como intención. Podría haber sido bastante mejor, de no tomarse tan en serio lo que no es más que un montón de recursos de serie B, que ni siquiera quedan mitigados por su excelente fotografía (sólo en exteriores), y patinan estrepitosamente en el apartado de los efectos especiales, que cantan por soleares. Todo ocurre muy deprisa, tanto que en apenas cinco minutos ya hemos conocido toda la trama y los personajes, que son básicamente tres, y cuyo dibujo es cuanto menos difuso. Una especie de agente forestal, que se topa con un ecologista extremo (sea esto lo que sea) y su hijo, que viven totalmente aislados de la civilización. Hasta aquí, y con un mejor guion, este choque cultural ofrece algunos interrogantes de interés, con un hombre culto que ha terminado hastiado de sus semejantes, y la extraña que ha llegado hasta donde están, y que no comprende las motivaciones de este señor. La lástima es que por lo visto había que introducir lo sobrenatural, y el film se vuelve más rutinario y previsible. Tibia, sería la palabra para definir un entretenimiento bien rodado, pero que no va a quedar en ninguna retina.
Moderadamente entretenida, y digna para ser un largo de debut.
Saludos.
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