Según el tío Jess, ésta es la imagen que debe ir justo después de que los arriba presentes descubran a sus amigos muertos en mitad del desierto. Así visto parece un episodio de los Morancos, o un quinqui pagándole la mercancía en especias a un moro. No, porque se trata de una película de Jesús Franco, y ahí todo vale. El engendro en cuestión es LA TUMBA DE LOS MUERTOS VIVIENTES, cuya razón de ser proviene de una especie de oasis que nos quieren hacer pasar por africano, aunque está en Gran Canaria. No hay molestia por ello, pues abundan los carteles de agencias de viajes, y el Land Rover es matrícula GC letra O, aunque lo han convertido en gramática árabe con algunos rayajos... No me molesto en contarles nada más, porque da exactamente igual; gente haciendo como que habla, raccords inverosímiles, maquillaje de 1º de primaria, bigotes falsos, otra gente dándose el lote tras conocerse un minuto antes, o el detalle de que si alguien es musulmán debe llevar un gorrito que tal. No sé de qué iban puestos, o si todo obedece a un plan orquestado desde el más allá para resucitar al maligno; sólo sé que la sensación mientras ves esta película (por decir algo) es de que estás siendo observado por una cámara oculta, quizá para registrar tus reacciones y colgarlo como un tutorial chorra en YouTube...
El horror...
Saludos.
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