viernes, 6 de agosto de 2021

Películas para desengancharse #96


 

Hay películas que justifican muchas cosas. El amor al cine, la pasión por estar dos horas frente a una pantalla, con el convencimiento de salir siendo mejor persona de una experiencia que se desea inolvidable. Sin embargo, esto ocurre pocas veces, menos de las que podría parecer. En un mar de mediocridad, de trabajos alimenticios, de horas y horas supeditadas a la eficacia, puede que surja algo, una de esas películas que se quedan contigo para siempre, como sólo pasa con los recuerdos que son más fuertes que el presente. Es así en el caso de THE BRIDGES OF MADISON COUNTY, una historia tan bien contada que logra el milagro de la abstracción absoluta, el gran milagro del cine. Durante algo más de dos horas sólo somos los receptores de una emoción, ni hombres ni mujeres, porque nos estremecerá tanto el vuelco que da la vida de una humilde ama de casa de Iowa, como la claudicación del maverick sensible, pero refractario a echar raíces. Son tan diferentes, que cuando se encuentran no pueden más que atraerse, fundirse en un mismo acto de amor, eso que "sólo se puede sentir una vez en la vida", y que a lo mejor no es lo que mueve el mundo, pero lo hace más habitable. He visto esta película unas quince veces, y siempre he llorado, no me importa reconocerlo; no es tristeza, es un gozo por poder ver reflejados a seres humanos de carne y hueso, personas que sienten y sufren, y también aman. Clint Eastwood tenía 65 años entonces, Meryl Streep 46; me pregunto quién tendría los cojones para asumir mimbres similares hoy día, en esta feria de eternos adolescentes y filtros rejuvenecedores. En un momento dado, ella abre su bata para recibir el frescor de la noche, y he visto pocas escenas que contengan tantas sensaciones juntas, desde el deseo a la penitud, del goce de estar vivo a la tranquilidad de ese intervalo de intimidad. Al final, incluso dando un paso más allá, Eastwood remata con otra lección de composición y montaje, tomándose su tiempo en esa escena bajo la lluvia, para siempre ya historia del séptimo arte. Les aviso, es casi imposible desengancharse de esta maravilla de película, una vez se ha visto.
Obra maestra absoluta.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

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