DEADGIRL es una película de la que no se ha hablado mucho, teniendo en cuenta que ya cuenta con 13 años, y que es lo suficientemente perturbadora como para haber copado algún foro de discusión. A mí me parece una ida de olla malsana y más que discutible, pero por otro lado le reconozco que afronta el espinoso dilema que plantea sin muchos paños calientes, y eso puede herir sensibilidades. Toda la primera parte es lo más salvable, presentando a un par de típicos losers de instituto, que ante su fracaso vital se refugian en una especie de fábrica abandonada, donde, huyendo de la amenaza de un perro, descubren una especie de habitación olvidada. Y dentro, una chica encadenada y cubierta por un plástico. Teniendo en cuenta que todo queda muy claro desde el principio, no considero ningún spoiler desvelarles que la chica en realidad es un zombi, que no se sabe el tiempo que lleva allí ni por qué. Así las cosas ¿qué harían nuestros amigos? ¿Liberarla? ¿Llamar a la policía? ¿Salir huyendo? Claramente no, cuando puedes procurarte tu propia esclava sexual para siempre, y sin que nadie se entere. Bueno, diremos en favor de uno de ellos que la cosa no le convence; sin embargo, el otro va formando casi una especie de macabro negocio con el "hallazgo". Y, a ver, no es que estemos ante una gran película, pero al menos no endulza el shock, aportando la inquietante presencia de la misteriosa Jenny Spain. Otra cosa es el dilema moral, que gravita dependiendo de nuestro grado de tolerancia; aquí el film patina, y apenas retuerce el argumento de cómo disfrutan algunos cerdos violando a una mujer en grupo. Ahí sí que no caben paños calientes.
Curiosa, asquerosa lo justo, y nada memorable.
Saludos.
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