sábado, 14 de octubre de 2023

La ganancia refinada


 

Son los japoneses expertos en la observación minuciosa, apartar el deseo de maximizar las ínfulas, adoptando un eficaz papel de "gran artesano", sea esto lo que sea. No es difícil toparse con multitud de ejemplos, apenas se zambulle uno en aguas procelosas e intimidantes, por lo gigantesco. Por poner un botón, SHIKEI NI ITARU YAMAI (UNA LECCIÓN CRIMINAL) parece redundar en el thriller criminal surcoreano, éste sí plagado de brillantes masterpieces, para desfondarse en un metraje excesivo para lo poco que cuenta. Escasa y ya vista, con un asesino en serie escabroso, pero al que vemos desde primera hora, toda vez es detenido y está a la espera de ser juzgado. Mientras, la cuota juvenílica queda cubierta con pizpiretas marineritas y antihéroes atormentados de instituto. Uno de ellos, sin que se sepa muy bien por qué, recibe una carta del reo, prometiendo revelarle la identidad de otro criminal, que quiere continuar su tenebroso legado. Así, asoma EL SILENCIO DE LOS CORDEROS por unas entrevistas realmente confusas, mientras lindezas como SEVEN o ZODIAC componen el tronco de una historia paralela que apenas tiene chicha. Está muy bellamente filmada, eso sí, y cuenta con una partitura bastante ilustrativa; el fallo, según lo veo yo, es lo poco que aporta a un género que o es brillante o no puede ser nada más.
No la vean, no se pierden nada.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!