martes, 17 de octubre de 2023

Con la brújula desimanada


 

Empiezo diciendo, que otra de monstruos, y que se parecen como dos gotas de agua. Aunque ésta es sensiblemente superior, me parece más que sintomático que se use una misma fórmula de manera tan descarada. Después, la imagen que he elegido, aunque sosa y desvaída, ilustra mejor que otra más explícita el machacón recurso de la puerta que se entreabre, porque luego siempre pasa exactamente lo mismo. Y termino con la extrañeza de que THE BOOGEYMAN esté basada en una novela de Stephen King, porque todos los tropos narrativos del escritor, bien usados, han salvado más de un desastre cinematográfico, así de bueno es como narrador. Aquí, sin embargo, no veo al de Maine en ningún fotograma; no veo su torrente de ideas, sus atmósferas entre lo extraordinario y lo cotidiano, su capacidad para irrumpir con un golpe de efecto inimitable. Y lo peor es que hablamos de Rob Savage, que refrescó el cine de terror en plena pandemia con HOST, aquella pequeña joya que exprimía la nulidad de recursos para hacerlo virtud. No hay nada de eso aquí, y sí una metáfora subrayada en exceso y mil veces vista, la de los monstruos que encarnan la dejadez de los adultos con sus hijos. Y es una pena, porque la película no está mal realizada, e incluso tiene alguna escena medianamente imaginativa, pero es otro fondo de catálogo, un poquito más arriba, eso sí, pero rutinaria hasta decir basta.
Rachita llevo...
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!