lunes, 19 de octubre de 2020

Las fronteras de la nada


 

Es imprescindible señalar que el guion de WAITING FOR THE BARBARIANS corre a cargo del gran escritor J.M. Coetzee, autor asimismo de la novela original. Si no se es lector habitual, se corre el riesgo de no entender gran parte del mensaje de un escritor como Coetzee, capaz de explicitar sutilmente, algo que choca frontalmente con la imagen filmada, a la que sólo restando se la puede acercar a los numerosos textos y subtextos de la obra literaria. Coetzee lo intenta, y lo logra a medias, pero no termina de entenderse con la forma, desnuda y exuberante, de filmar del colombiano Ciro Guerra. No me parece una mala película, pero sí una película que no funciona en la suma, sino aislando cada una de sus partes, y tratando de integrarlas en un todo que difícilmente se sabe cuál es. Empezando por el motivo principal, ese puesto fronterizo en mitad de un desierto, el ignoto país que lo comanda, como los dos países, también desconocidos, que quedan delimitados por una frontera cada vez menos clara. Creo que Guerra hace un fantástico trabajo con los actores, con un Mark Rylance soberbio, y unos Johnny Depp y Robert Pattinson menores, pero que se esfuerzan por sacar adelante dos papeles bastante desagradecidos. Una de esas películas difíciles de engrosar un solo género, y por ello amenazada de tener un público muy reducido. Y, salvando las diferencias, tan sólo por ponerles en situación, en la misma línea de la magistral ZAMA, de Lucrecia Martel, aunque habría que ser muy generoso con ello, por supuesto.

Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!