"Down" es el título del quinto capítulo de INTO THE DARK. Una especie de nuevo giro de tuerca respecto a un subgénero del que hay varios ejemplos: el de gente atrapada en ascensores. De nuevo casi 90 minutos, y esta vez poco aprovechados, o mejor dicho, mal aprovechados. Prescindiendo del elemento sobrenatural, y confinando a sus dos protagonistas desde muy al principio, lo mejor ocurre durante su primera media hora, mientras se establece un curioso vínculo entre ambos, siempre al borde del ridículo o de lo inverosímil, pero que Stamm (al que recuerdo gratamente por EL ÚLTIMO EXORCISMO) logra llevar a buen puerto, apoyado en el relato oral, y tejiendo un sutil juego de confianzas y equívocos. Ellos son dos trabajadores de un gran edificio, los últimos en abandonarlo el día de San Valentín, con la mala fortuna de que el ascensor queda parado en el penúltimo piso del sótano-aparcamiento. Y queda claro que la habilidad consiste en establecer un clima (anticlima, sería más correcto), para seguidamente girar todas las expectativas y transitar el elemento sorpresa. Desgraciadamente, ni está bien elegido el momento, ni la resolución cumple las expectativas. O mejor dicho: 30 minutos de diálogos en un espacio único, capaces de captar la atención en todo momento, y casi 60 de despiporre en el que podría caber hasta un cameo de Steven Seagal... Una lástima.
Saludos.
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