La cuota de cine finlandés, notoria, se completaba en Sitges con KOPUTUS, rutinario film de horror cuya interesante premisa no evita que caiga en una colección de lugares comunes, todos reconocibles y todos más que amortizados. Como si los directores y guionistas no fuesen capaces de ampliar su propio dispositivo, el elemento sorpresa se diluye en el flashback del arranque, donde vemos a un padre maltratador, que tiene atemorizados a su mujer y tres hijos en la apartada casa que habitan en mitad del bosque. Al volver al presente, seguimos a estos tres hermanos, ya adultos, que vuelven a la casa para venderla, lo que hará aflorar todos los miedos de unos sucesos que nunca quedan suficientemente esclarecidos. A partir de ahí, todo son jumpscares teledirigidos, una banda sonora inquietante y muy poco más, hasta llegar a un desenlace tan raquítico como previsible. Muy poco, excepto si se aspira a rellenar un festival como cuota aceptada y aceptable.
Saludos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario