A ver. Primero debo decir que no conocía el cómic de Mark Millar, lo que a priori debería ir en mi beneficio, siempre y cuando la película cumpliese las expectativas, que por lo leído en diversos blogs no eran precisamente bajas. Lástima, porque KICK ASS es incapaz de salir de su propia absurdidez formal; se toma tan poco en serio a sí misma que le falta ese nexo tan necesario que la debe unir inexorablemente a cada espectador, y especialmente al que se enfrentaba a esta cinta sin andamiajes ni premisas. KICK ASS es (y me voy a olvidar de la curiosa coincidencia fonética) KILL BILL para la chavalería; un producto pensado y ejecutado para que un montón de gente vaya a los multicines y pueda decir sin sonrojo alguno que también ve cine de calidad, así que no sólo se engaña a sí misma sino que dejará un orgulloso reguero de pseudocinéfilos acogotados por la enésima historia convencional vestida de incorrección política de instituto. Ahora lo bueno. Y lo bueno es que KICK ASS, a fuerza de reírse de todo el mundo, introduce casi sin querer algunos elementos que elevan su nivel total por encima de productos similares. Por ejemplo el personaje de la niña, que es capaz de desestabilizar cada plano por la extrañeza que produce, mientras que Nicolas Cage realiza su penúltima autoparodia. Lo cierto es que podríamos hablar de un nuevo caso de esquizofrenia creativa, pues toda la parte del tipo que le da nombre al film poco o nada tiene que ver con los desastres naturales creados por Hit Girl y su dulce arsenal. No voy a caer en el tópico del entretenimiento, porque claro que es entretenida, y ese es su (escaso) bagaje para no destrozarla y dejarla justo donde se merece: en los multicines. Otra cosa ya es desbarrar y ponernos a hablar de posmodernidad y esas cositas... y me niego, la verdad; que ya tengo bastante con la que están dando por ahí con el final de "Perdidos"...
Saludos pateados.
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