Bueno, como reconozco que lo de ayer fue un poco a mala leche, escrito en caliente, voy a dedicar lo que queda de semana a despacharme a gusto con algunos de los estrenos recientes que he tenido que tragarme por varios motivos, principalmente porque todos, por muy cinéfilos que seamos, acabamos cayendo en la trampa y nos tragamos cuanta PYMB (pequeña y mediana bazofia) se estrena a todo trapo, con una mezcla de desgana, resignación y, claro, la esperanza de ver si la breva cae algún día.
Y el caso de THE BOOK OF ELI es, sin salir de estos parámetros, cuanto menos paradigmático. Estamos asistiendo últimamente a una preocupante representación, desde Hollywood y sus miles de tentáculos, del apocalipsis y la redención en su vertiente más sonrojantemente beatífica. Lo vimos en LEGION, lo vimos en THE ROAD y lo vemos en el film de los hermanos Hughes, que no son los Wachowski por mucho que MATRIX pueda ser la piedra angular de este último e insospechado cine ultraviolento y falsamente realista, donde los aspectos religiosos se presentan sin pudor ni comedimiento y con la figura del vengador justiciero defendiendo a mamporro limpio unos valores a punto de extinguirse. Puede que como mero entretenimiento, THE BOOK OF ELI se eleve sobre títulos similares por su aspecto de western descuidado y referencial, y funciona bien mientras no hay que explicar nada, y mucho menos qué diablos significa el dichoso libro que Denzel Washington lleva consigo y que se convierte en el insólito objeto de deseo de un Gary Oldman que, tirando de oficio, es lo mejor de un film que, pese a su gusto por la beauty violence, es ñoña y previsible en la medida que la vamos viendo venir cuando su recta final desvela una debilidad argumental sólo sostenida por una fotografía que busca obsesivamente las coordenadas formales de cierto cómic posmoderno. Lo mejor que se puede decir es que se olvida con la misma facilidad con la que se consume, así que...
... saludos de libro.
2 comentarios:
Estimado DVD,
no sabes cuánto coincido contigo. El cine de Hollywood parece querer buscar un nuevo Mesías, un Salvador que posiblemente hubiese tenido algo más de sentido tras el 11-S. Oldman se tiene que esforzar poco para hacer bien su trabajo. Denzel nunca me ha terminado de convencer del todo y aquí tampoco lo hace. Muy previsible y, como bien dices, puro fast food.
un saludo
Los Hughes harían bien en contratar a un buen guionista y ellos que se dediquen exclusivamente al aspecto visual, no veo otro futuro para ellos...
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