Con reservas, pero me encuentro viendo HARRY POTTER AND THE ORDER OF THE PHOENIX sin mucho disgusto, y es que siempre me suele pasar con este tipo de productos serializados, que conecto más cuanto más denostados son. Y este es el caso, con un Harry Potter que ya apenas identificamos con un niño, y que por tanto está sometido a decisiones más complejas y que han de dejar variadas consecuencias. No es que haya visto nada fuera de lo normal, pero al menos creo que aquí hay menos ínfulas y un desarrollo que no por convencional funciona peor. Es un pelín más corta, que también se agradece, mientras que las actrices que son incorporadas por primera vez cumplen su propósito sin esfuerzo. Imelda Staunton y Helena Bonham Carter haciendo de villanas implacables, e intentando amargarle el rito de paso al joven Potter, que aquí incluso se atreve con un beso, aunque inmediatamente aparece el sentimiento de culpa y arrepentimiento, como buen argumentario conservador, que lo es...
Entretenida, no puedo decir mucho más.
Saludos.
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