Y recordemos, ya para rematar este pequeño homenaje, que Monica Vitti también encarnó a una superheroína... Aunque sería más ajustado hablar de una superespía, o algo así. Sí, porque la actriz italiana dio vida nada menos que a MODESTY BLAISE, aquella agente al servicio de su majestad, que tuvo una gran popularidad en la Inglaterra de los sesenta, por suponer una especie de reverso pop del conservador 007. Y hablamos de un film muy curioso, que fue un fiasco en 1966, pero por ejemplo estuvo nominada a la Palma de Oro; y mientras los diletantes la encumbraban como si los Beatles compitieran con Beethoven, la crítica "seria" le hizo el vacío, y hablaba de una chuchería superficial y monótona. Superficial lo es un rato, y sería ridículo abstraerse de su carácter camp, proveniente de las tiras cómicas originales; pero no me parece tan aburrida, quizá un poco larga, y quizá también con el problema añadido de su director, un Joseph Losey que se lió la manta a la cabeza e hizo su trabajo más desenfadado. Personalmente, veo una clara precursora de ese cine que se despoja de solemnidad, con tal de alcanzar sensibilidades muy contrapuestas. Es posible que sus dos horas se hagan durillas, pero hay una colección de postales impagables, entre el alucinante arsenal de armas a cual más disparatado, o el inagotable desfile de modelitos de su protagonista. Atentos al villano compuesto por Dirk Bogarde, porque hoy día sería impensable.
La frase (mientras Blaise hace el amor con su "hombre-objeto"): "¿Qué dijiste cuando fuiste la última vez a comprar a Balenciaga?"... "No, era Christian Dior"...
Saludos.
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