sábado, 26 de febrero de 2022

Cámara y adiós


 

Y, sí, Monica Vitti llegó a dirigir una película, una comedia un poco alocada que se titulaba SCANDALO SEGRETO, que data de 1990, y que tenía un punto de partida y de cierre muy interesante, pero a la que le falla todo lo demás. La premisa es el regalo de cumpleaños que recibe Margherita por parte de su mejor amigo, un director de cine interpretado por un "italianizado" Elliott Gould; una cámara que a ella le viene al pelo para descargar las neuras provenientes de un matrimonio insatisfactorio, y que le hace preguntarse si es correspondida por un marido que la trata con correcta indiferencia. Vitti es también la protagonista, y su personaje es puro nervio, inquieta, vital, pero con una intensidad que desquicia a cualquiera. Un día, filmando el edificio de enfrente, descubre la infidelidad que no esperaba, y la cámara se convierte en su único confidente. El desenlace tiene su punto, y seguro que manos más expertas podríamos hablar de un film mucho más vitriólico y desencantado; en lugar de ello, queda como una comedieta que se ve y se olvida sin agobios, y como la anécdota de haber visto (nunca mejor dicho) a Monica Vitti delante y detrás de las cámaras.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!