lunes, 14 de febrero de 2022

Glotis sotto voce


 

Merece la pena detenerse en una película que pasó demasiado desapercibida desde su estreno (no en España), allá por 2019, y que revela a un cineasta, Carlo Mirabella-Davis, proveniente del videoclip, pero cuyo poderío visual no es en absoluto vacío. SWALLOW se emparenta, un poco sin quererlo, con retratos femeninos tan perturbadores como los que nos remiten al trabajo de Polanski, Buñuel o al más reciente Paul Thomas Anderson; y su perturbadora mezcla de terror cotidiano, hastío existencial y crítica social (esta última muy al fondo), se sirve de dicha potencia visual, del mismo modo en que un Technicolor realzaba un film en los 50. La trama, mínima, ni siquiera se preocupa de mantenerse en secreto, y desde muy pronto somos conscientes de que tras la aparentemente idílica vida de Hunter (una Haley Bennett que va de menos a más), no hay más que opciones vitales miserables. Él es el típico niño de papá, protegido bajo el ala del mismo, y cuya vida se reduce amantener las apariencias sociales, mientras su mujer se queda en casa, como si hubiésemos retrocedido 70 años en el tiempo. Ella, de extracción más humilde, parece disfrutar de su nuevo estatus, de su día a día como ama de casa privilegiada, pero en realidad esconde un secreto, tan oculto que quizá ni siquiera ella sea consciente de si es cierto. Lo que se nos presenta es una pulsión creciente, semejante a una adicción, y que amenaza con destruir a Hunter y todo su entorno. El reto está en encontrar a los culpables, que podrían estar en cualquier parte; podría ser ella misma, su diabólica familia política, o el responsable de ese extraño secreto, que sólo aparece muy al final, en la mejor escena del film. Insisto, no esperen un festival de truculencias físicas, por mucho que sea lo que se podría deducir tras el primer shock, sino más bien un descarnado retrato de esa feminidad que a veces tanto nos cuesta entender a los hombres, y que aquí queda expuesta sin adornos. Algunos volverán la cabeza al reconocerse...
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!