Y entonces, Werner Herzog y David Lynch decidieron que debían cruzar sus caminos. Y se juntaron. Y de esa improbable, marciana y loquísima colaboración, salió una película titulada MY SON, MY SON, WHAT HAVE YE DONE ¿Que qué es esto?... No estoy muy seguro, pero semeja ser una especie de explicación sobre el desmoronamiento de una personalidad, más concretamente la de un tipo ya raro de por sí, que tras matar a su madre se atrinchera en su casa y lanza soflamas apocalípticas. Sería algo muy visto, pero el arte de la deconstrucción tiene difíciles caminos, y Herzog opta por el más arduo de todos, el de la locura filmada de frente. Y le sale regular, porque apenas podemos ver a un tipo haciendo cosas sin sentido, lo que no termina por explicar nada; aunque eso sí, tenemos las habituales postales "around the world" del cineasta alemán, y esos momentos de surrealismo congelado, proveniente del último Lynch. La película, no sé, ni es para tirar cohetes ni para defenestrarla, y hay tanto de un cineasta como de otro, y Michael Shannon consigue transmitir un estado mental fiero y alterado casi sin gesticular. Y las casas californianas tienen ese encanto hortera que gusta y repele al mismo tiempo. Y salen flamencos y avestruces, pero pelícanos no, para qué nos vamos a engañar...
Saludos.
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