En una escena troncal de L'ECLISSE (posiblemente la más significativa), Monica Vitti sigue a un hombre taciturno, ya mayor, que tras arruinarse en un desplome de la bolsa, entra en una farmacia, compra un calmante que se toma en una terracita, y seguidamente garabatea algo en una servilleta de papel, que ella se apresura a tomar después de que el hombre desaparezca, puede que al final de su vida. Esta escena enlaza la deriva de Vittoria, tras la ruptura con su pareja (un circunstancial Paco Rabal), y la improbable atracción que siente por Piero (Alain Delon), un arribista corredor de bolsa. Antonioni deja que nuestro raciocinio nos diga que eran números, cifras de un dinero que se ha esfumado con la misma facilidad que ha llegado. Vittoria, en incipiente y esquivo flirteo, le dice a Piero que el hombre había dibujado flores. Venimos de una intensa escena en el interior de la bolsa, donde "un minuto vale millones", y nos encaminamos a entender cuáles son las cosas importantes en una vida dispersada entre paseos o coches, gritos o silencios. Antonioni, sin explicitar nada, nos habla de la vacuidad de ese tiempo desaprovechado, de las chispas de felicidad que se dejan ver tras una cotidianidad eclipsada por un materialismo tan indiferente como edificios en construcción, en silencio abandonados.
Saludos.
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