lunes, 21 de febrero de 2022

La mujer desaparecida


 

La mujer desaparecida es Monica Vitti, que nos dejó recientemente, y cuyo recuerdo va a ocupar esta semana por entero. No se me ocurre mejor manera de hacerlo que con las cuatro películas que rodó a las órdenes de Michelangelo Antonioni. La forma en que se complementaban ambos, como si Vitti fuese la extensión del pensamiento del director en pantalla, es un misterio que espero (sé que no lo haré) no resolver en unas líneas que apenas son un tributo rendido, hasta el punto de que me permito incluso volver, 14 años después, al mismo film, que podría ser otro, pero es éste. L'AVVENTURA marca varios puntos de inflexión, comenzando por el descubrimiento de la actriz, desvinculándola de lo que se espera de una diva, e imbricándola en paisajes mentales y emocionales de gran envergadura. También supone el reconocimiento internacional de Antonioni, elevándolo a un fraseo de gran autor, pedante para unos, simplemente genial para otros. L'AVVENTURA es un film tan sencillo de resumir, como difícil de explicar; una experiencia en tres actos, que se abre con la misteriosa desaparición de una joven llamada Anna tras una excursión a una isla siciliana. Aquí, queda expuesto el tapiz social, el aburrimiento e insatisfacción de la alta burguesía, sólo rota por la irrupción de Claudia (Vitti), de extracción más humilde, y amiga de la desaparecida. Seguidamente, el interludio que me parece más interesante, en el que Claudia siente una inexplicable culpabilidad, mientras se ve interpelada por el prometido de Anna, como si fuese la protagonista de una sustitución involuntaria. Finalmente, Claudia decide dejarse llevar, tras ser testigo de la infidelidad de otra amiga, y cómo no hay rastro de culpa en ello. Así, entre la inhóspita isla, los poblachos desolados, con sus enormes iglesias bombardeadas como recuerdo reciente, y las inacabables fiestas de la clase acomodada, asistimos a eso tan complicado de poner en una pantalla, el lienzo humano, femenino, de quien duda en todo y hacia todo, de quien descubrre que sólo el abandono de uno mismo, siendo antinatural, puede poner orden donde sólo hay miseria moral.
Más que una película, un monumento.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

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