viernes, 25 de febrero de 2022

El cinéfilo ilustrado #6


 

No tengo ninguna duda en señalar que PAPER MOON es la otra cima del cine de Peter Bogdanovich. Tanto lo es, que uno duda al verla si no habrá retrocedido en el tiempo sin saberlo, alcanzando al fin ese sueño dorado de todo cinéfilo: la inmortalidad a través de las imágenes. Es mucho lo que se esconde detrás de esta pequeña epopeya filmada en glorioso B&W, y todo responde a una orquestación tan milimétrica como sorprendente. Es una comedia sobre pícaros, pero también es un hermoso relato generacional, o un fresco piadoso de la gran depresión americana. Caben muchas cosas en este film, y todas tienen su sentido, su porqué. Desde el maravilloso ballet dialéctico emprendido por Moses Pray (tremendo, coeniano seudónimo) y Addie, que con nueve años se ha quedado sola en el mundo, vamos comprendiendo cada detalle, insinuación o guiño, merced a un finísimo guion elaborado por Alvin Sargent. Moses se gana la vida vendiendo biblias a pobres viudas, convenciéndolas de que el difunto dejó encargado dicho regalo para ellas. Addie, que está segura de que él es su padre, tiene la misma habilidad para embaucar y salir de las situaciones más complicadas. Ese es el gran triunfo del film, hacernos partícipes del conocimiento mutuo de estos dos personajes tan dispares pero tan parecidos, por mucho que no se aguanten, porque ya no podrán separarse, convirtiendo la relación padre/hija prácticamente en un negocio entre mentirosos. Nada de esto sería posible de no ser por el tándem formado por Ryan O'Neal y su hija en la vida real, Tatum, que por entonces apenas tenía diez años. Las escenas entre ambos son magia, perduran en la retina, conmueven y van mucho más allá de cualquier filigrana interpretativa; es algo que difícilmente se puede explicar, y que sólo pertenece a esa cualidad que sólo el cine parece poseer, y que sólo los grandes maestros dominan.
Obra maestra.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!