martes, 22 de febrero de 2022

Los gatos pardos


 

Ella se tiende junto a otro hombre. El hombre está enfermo, y la besa con amistad conmovedora. Sale a la calle sabiendo que su marido no va a quererla; deambula hasta un arrabal que no le pertenece, pero que la embriaga de la vida que no posee. No van a salir por la noche, pero van con seriedad hasta un club, donde una bailarina se va desnudando con una copa de Campari sobre su frente. No van a salir, pero se van igual de serios hasta la fiesta de un importante ingeniero, un potentado. Como si les llevaran las vías del tren, no darán la vuelta, no hay vuelta atrás. Allí la gente se mezcla sin tocarse, desean lo segundo, pero sólo aspiran a lo primero. Jugarán a lanzar polveras por un suelo resbaladizo, a tirarse a la piscina vestidos, a escupirse maldades con educación impenetrable. Y él la conoce a ella, una chiquilla que quiere ser adulta. Y ella le conoce a él, sin cabeza, pero con ímpetu. Y lo que a uno le falta otro lo proporciona. Y en LA NOTTE, Monica Vitti no era la protagonista, pero su personaje marca un punto de inflexión fundamental, que primero divide a ese matrimonio correctamente hastiado, formado por Marcello Mastroianni y Jeanne Moreau, para que comprendan que todo lo que no sea cabalgar la mentira hasta el final contendrá un sello de fatalidad. El amigo enfermo muere, y todos se quedan en la fiesta de amanecida, escuchando una orquesta cansada junto a la piscina. Todos, menos ellos...
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!