Enclaustrada (vayamos a saber por qué) en la sección "Órbita" de Sitges, se pudo ver un extraño film hongkonés, cuya amalgama de referencias era tal que resultaba difícil otorgarle un solo género, aunque en apariencia se trate de un thriller policíaco de altos vuelos. Con tres títulos nada menos, el original FENG ZAI QI SHI, el elegido para Europa WHERE THE WIND BLOWS, y el destinado al público norteamericano THEORY OF AMBITIONS, estamos ante un relato que nos lleva a lo largo de cincuenta años de rivalidad y amistad entre dos policías muy diferentes. Uno es íntegro y escrupuloso, lo que le hará enemistarse con todo el mundo en una sociedad dominada por la corrupción; el otro, en cambio, fue capaz de construir una especie de imperio paralelo, a base de aprovechar los resquicios de la ley. La historia no es nada que no hayamos visto antes, pero habría que hacer un aparte en el despliegue visual, que termina por ser abrumador, fastuoso incluso en exceso. Por la cámara de Philip Yung uno ve sin esfuerzo al Coppola de EL PADRINO, pero también a Scorsese, lo que parece hasta adecuado; en sus tramos más desatados, Yung invoca a su compatriota Wong Kar-wai, mientras adopta la cronología sincopada de Leone y, ya en éxtasis, alguna hipercomposición directamente trasplantada del STALKER de Tarkovski... Demasiadas cosas para un guion al que no le hace falta embrollarse tanto, y que nos habla de ese "director enamorado", incapaz de deshacerse de sus propios elogios. Aun así, interesante film, que además tiene un binomio protagonista estelar en Aaron Kwok y el mítico Tony Leung, esa gran estrella asiática tan poco reivindicada a veces.
Además, tiene una estupenda banda sonora.
Saludos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario