No quería dejar pasar mucho más tiempo antes de hablar de THERE'S SOMETHING IN THE BARN, que partía como una de esas "curiosidades exóticas" en Sitges, para resultar, al menos a mí me lo parece, una decepción un poco incomprensible. Y lo es por no entender en lo absoluto lo erróneo de la fotocopia formal, pensando que la esencia se generará espontáneamente. Estamos ante una comedia "familiar", con ramalazos provenientes de un terror no tan agresivo, más tendente a producciones de gran éxito en los ochenta, y me parece evidente el paralelismo con GREMLINS, cuyo valor intrínseco no hace más que crecer, a la sombra de legiones de pálidos imitadores, incapaces de encontrar la fórmula de Joe Dante. Modestamente, me da que no es más que tener clara la propuesta; incidir en la comedia con hallazgos originales (lo que ya es jodido), o intensificar el horror justo cuando uno podría esperar un par de chistes amables. Magnus Martens nació en Noruega, pero su obra, especialmente de un tiempo a esta parte, se ha movido por multitud de producciones televisivas entre Europa y Estados Unidos, lo que se resiente especialmente en un film como éste, que duda entre un mainstream de plataformas y un gamberrismo ¿escandinavo? que de verdad no logro ver por ningún lado, excepto en un par de intentos de un gore más rosa que rojo. Hay una familia odiosa de americanos odiosos, que heredan una granja en el culo de Noruega, con la idea de abrir un exitoso AirBnB, y sin sospechar que en el granero habita un tipo bastante peculiar y al que es mejor no hacer enfadar. Hasta ahí, porque la idea es atractiva y convencional a partes iguales, y el resultado, si no decepcionante, sí es prescindible, excepto para una tarde navideña idiota... Sí, ya se acabó la navidad...
Saludos.
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