Es Noah Baumbach filmando como si Spielberg se obsesionara con Cassavetes. Después implica a Woody Allen con Kevin Smith (como lo oyen). Remata, pero eso es menos insólito, con un bimbazo entre Lars von Trier y Lynch. Todo eso cabe, a veces con más sentido, otras con sesos de mosquito fusilable, en WHITE NOISE, o la insensatez de filmar leyendo una novela, por otra parte, imposible de adaptar en su literalidad, pero con una riqueza tal de matices que, a poco que se le rice la onda, se infiltra como el juguete caro que es ¿Han leído la sinopsis? No lean la sinopsis. Quédense con la ensalada de nombres que he traído anteriormente, e intenten captar sensaciones sueltas, ideas flotantes, encontrar una voz propia a partir de un reconocimiento inteligente de las referencias. En otras manos, esto habría sido un desastre; Baumbach logra el milagro de exponer el armazón de la novela, e incluso dar algo de ritmo e intriga a su desbandada de "palabras pensadas". El resultado es un film no tan difícil como aparenta, pero que necesita mucha colaboración por parte del espectador. El reparto bien elegido, pero se hace muy extraño escuchar la partitura de Danny Elfman, que parece arrancada directamente de un film de Zemeckis...
Se deja ver.
Saludos.
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