De vez en cuando, desempolvando títulos azarosamente, se topa uno con alguna que otra cosa inesperada. Títulos sorpresivos por lo que ofrecen, de igual modo que por haber pasado desapercibidos durante varios años. LAKE MUNGO es un pequeño film australiano de 2008, el único filmado hasta hoy por Joel Anderson, y que abundaba en los motivos del falso documental, haciéndolo pasar por la típica historia de fantasmas, aunque con una premisa tan sorprendente como inquietante. Se podría pensar inmediatamente en un film de terror, pero esto no es más que una excusa para centrarse en el dolor de una familia, tras la trágica muerte de la hija, mientras pasaban una plácida tarde en el lago del título. El mérito consiste en alcanzar un tono lo suficientemente convincente y no caer en los errores de un género siempre al borde de la inverosimilitud. Hay entrevistas, fotografías, videos caseros y cuanta parafernalia sirva para explicar una trama que se va haciendo más oscura y compleja, convirtiendo a la posible historia de fantasmas en algo más aterrador, una intimidad oculta y que es el verdadero shock, incluso más que la pérdida y el duelo. Película francamente curiosa, no tan redonda como podría parecer, pero que necesita más de un visionado para sumergirnos en su relato.
Si no la han visto, descúbranla.
Saludos.
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