martes, 13 de abril de 2021

A un metro del suelo


 

Hay una especie de tensión controlada en MINARI, ejemplo perfecto de lo que la Academia viene introduciendo regularmente en las nominaciones a los oscar. Películas, valga la redundancia, "académicas", que ni molestan ni dividen, pero enarbola algún tipo de discurso esperanzador, según lo que toque y esté de actualidad. Aunque no lo parezca, esta fotografía generacional entronca su tenue vistazo a la América de Reagan con un discurso de superación astillado, cuando no poco aclarado. Por lo visto, se trata de un vistazo autobiográfico a la niñez del director, de origen coreano, y que de algún modo ha querido rendir homenaje al esfuerzo de sus padres por abrirse paso, poniendo en pie una granja en un lugar remoto de Arkansas. Con sus intenciones perfectamente teledirigidas, modula y entrelaza los fogonazos costumbristas con una lírica que no termina de expandirse, prefiriendo Chung, evidentemente autor del guion, abrazar una especie de realismo mágico que nos pueda servir a la mayoría. No es una mala película, tan sólo una película inofensiva, inocua; y por su puesto no va a ganar el oscar, pero a alguien le amenizará una tarde pandémica, porque para eso sí sirve.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!